La rula ingresa 2,5 millones, casi lo mismo que en 2020, pese a una caída general de capturas tras el cierre de las principales pesquerías
Sin bonitos ni bochares con lo que llenar las bodegas, en la rula de Avilés se desembarcaron el pasado septiembre 457.000 kilos menos de pescado fresco que en el mismo mes de 2020. ¿La razón? Hace un año, en septiembre, se rolaron algo más de 928.000 kilos de blocarte y este año, de acuerdo a las estadísticas elaboradas por la dirección general de Pesca, la anchoa brilla por su ausencia: el pasado 13 de agosto el Ministerio prohibió las capturas al agotar la flota nacional las 26.543 toneladas asignadas.
Respecto a la merluza, cabe destacar que los buenos números de la rula avilesa en cuanto a descargas coinciden con el segundo aniversario del distintivo “Pescado de confianza”, que acredita que las “reinas blancas” de los mares que lo lucen en los mostradores de las pescaderías están sometidas a las exigencias de un sistema de gestión certificado y único, “sensible a las demandas del consumidor actual”. Son, pues, merluzas Gourmet, de primera calidad y, además, ambiental y socialmente “responsables” por sus métodos de captura. El objetivo de este salto adelante en materia de calidad es añadir valor al pescado, identificar los productos vendidos en Avilés con la excelencia y, evidentemente, tratar de influir en la demanda para potenciar la actividad comercial en el muelle pesquero de la ría.