Las ventas en la rula de Avilés durante el mes de junio fueron las peores de los últimos cuatro años y el precio medio supera los 4 euros el kilo
El flojo inicio de la campaña pesquera del bonito tiene reflejo en la cifra de ventas de este pescado en la rula de Avilés durante el pasado mes de junio: 164.236 kilos, la cantidad más baja desde 2018, un año en el que solo se vendieron en ese mismo periodo 83.201 kilos. La costera se desarrolla, según fuentes pesqueras consultadas, “por debajo de las expectativas y con menores capturas que otras anteriores en estas fechas”.
El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García Méndez, busca consuelo en el hecho de que “al menos el precio se está manteniendo por encima de los 4 euros el kilo de media”. Un precio medio que en junio fue de 7,63 euros en la rula de Avilés, el más alto desde 2018, cuando el kilo de los primeros bonitos del año –los de junio– se pagó a 7,68 euros.
Asturias no es una excepción en el panorama de la Cornisa Cantábrico en lo que se refiere al inicio al ralentí de la costera de atún blanco: el porcentaje de cupo gastado por el conjunto de la flota a fecha de ayer era del 20 por ciento. Es decir, a los pescadores aún les queda margen para capturar del orden de 24.000 toneladas. “Lo bueno que puede traer este bajo, pero sostenido, ritmo de capturas es que la campaña se alargue hasta el mes de septiembre, lo cual tendría ocupados a muchos barcos asturianos en una actividad rentable”, apunta García Méndez. Anteriores campañas destacaron por la prematura finalización de las mismas; a mediados de agosto ha llegado a cerrarse la costera, un hecho insólito e indicativo de una fuerte concentración del esfuerzo pesquero en la parte central del verano.
Según los pescadores, “hay bonito en todo el Cantábrico, lo que pasa es que está más lejos de costa que otros años, a unas 70 millas más o menos; y las grandes ‘manchas’ se localizan al Este, hacia Cantabria y el País Vasco”. La confianza de los armadores asturianos es que en las próximas semanas los bonitos se dejen ver en cantidad y más cercanos al litoral del Principado. Y es que existe una relación directa entre las millas que hay que navegar y el rendimiento de la pesquería, y dada la actual carestía del gasoil esa ecuación debe ser vigilada por los pescados para evitar incurrir en pérdidas.
El comportamiento de las ventas de bonito en la rula de Avilés durante los días transcurrido de julio ya ha mejorado al del mes de junio: la semana pasada se subastaron más de 140.000 kilos y en los días transcurridos de esta, 83.000 traídos a puerto por siete embarcaciones. En julio del año pasado se vendieron 669.000 kilos a un precio medio de 3,69 euros el kilo.
Los científicos relacionan la abundancia de bocarte con su alimentación
La última campaña científica de evaluación de la población de bocarte en el mar Cantábrico, realizada el pasado mes de abril, concluyó, como informó este periódico, que el stock multiplica por más de diez las toneladas mínimas (21.000) que según los expertos aseguran el futuro de la especie. Pero además de calcular la cantidad de bocartes y determinar la edad de los ejemplares, la campaña Bioman aplica desde 2016 un enfoque ecosistémico y analiza otras variables que tienen influencia en el desarrollo de la pesquería.
“En los últimos 35 años hemos observado una tendencia al alza de alimento a disposición del bocarte. El zooplancton, y más concretamente los copépodos –que son los pequeños crustáceos que constituyen casi el 70% de zooplancton– han aumentado un 2,4% por década, lo que es una buena noticia, ya que sin alimento no hay pescado”, aseguran desde el centro tecnológico vasco AZTI, el encargo del desarrollo de la campaña Bioman.
Además de la biomasa de bocarte, Bioman analiza la alimentación de estos peces, las condiciones de su hábitat, la influencia de los depredadores (incluyendo cetáceos y aves) y variables oceanográficas (propiedades físicas del agua del mar como la temperatura, la salinidad, etcétera).