Los vascos piden cuotas tras copar otra vez casi el 60 % del cupo español
Hasta el 2015, la campaña del bonito del norte finalizaba a principios de octubre, cuando los bancos de ese túnido retornan al Atlántico central, de donde parten en primavera para alimentarse en el golfo de Vizcaya. Como ese año y los anteriores escaseaba, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) acordó limitar las capturas en el área nororiental a partir del 2016. Un cupo se lo asigna a la Unión Europea (UE), que a su vez lo distribuye entre sus miembros. Acreditada científicamente la recuperación del Thunnus alalunga, el ICCAT amplió el de este año y el de los dos próximos. Aun así, como el atún blanco abunda tanto y en España se agota muy rápido porque los únicos límites son la cuota nacional y la capacidad de pesca de cada barco, vuelve a plantearse un cambio del modelo de gestión.
El Ministerio de Pesca, Agricultura y Alimentación cerró el pasado día 16 la costera más breve de la historia. Por cuarto verano consecutivo, la flota española ha batido el récord de pesca olímpica (cada barco coge lo que puede lo más rápido posible) y en poco más de dos meses ha consumido las 17.397 toneladas de bonito de las que disponía.
Igual que los últimos años, los grandes cardúmenes se concentran en el Cantábrico, a pocas millas del litoral. Según el ministerio, este verano 278 barcos vascos, cántabros, asturianos y gallegos dejaron las pesquerías a las que se dedican habitualmente porque se ganan mejor el sustento con el Thunnus alalunga.